La variable "sexo", como factor de las diferencias lingüísticas
AUTORA: GLADYS MERMA MOLINA
Las variaciones lingüísticas a raíz de la diferencia de sexo son un caso muy peculiar. Aun cuando sean bastante comunes las diferencias de estilo según el sexo de los hablantes, las diferencias lingüísticas importantes coincidentes con las sexuales son raras. El caso más famoso, aunque no el único, es probablemente el vestigio de esa división que existe en las Antillas y que tiene su origen en la captura de mujeres hablantes de arahuaca por una tribu depredadora hablante de caribe. De vez en cuando, es posible que uno de los sexos esté más expuesto al contacto con la segunda lengua. También en la sierra andina sur peruana ocurre un hecho singular. En este contexto existe una diferencia en la forma de denominar a determinados parientes tanto por parte de las mujeres como de los varones. Así, en quechua, una mujer dirá tura y el hombre, wayqi al rerefirse al hermano; la mujer dirá ñaña y el varón pana al referirse a la hermana. Al parecer, estas diferencias pueden estar determinadas por la forma en que una cultura entiende cómo se producen las relaciones familiares. Otro ejemplo actual de las variaciones determinadas por el sexo se refleja en el hecho de que las mujeres del ámbito rural son generalmente monolingües quechuas, ya que están un tanto impedidas de acceder a la educación, mientras que los padres hacen un esfuerzo porque el hijo varón pueda ir a la escuela a aprender el español. Asimismo, en el contexto urbano del sur andino peruano, el habla de las mujeres aún está más apegada a las formas de prestigio, o a usar la lengua de la forma más “correcta”; en cambio, en el habla de los varones, se observa un mayor empleo de jergas. “Estas diferencias en el uso de la lengua entre hombres y mujeres se debe a que son diferentes socialmente; aunque estemos lejos de movernos dentro de límites fijos e inflexibles, son diferentes los patrones educativos y distintos los papeles sociales asignados a ambos sexos” (López Morales, 1993). Esto nos hace pensar que las diferencias en el habla de acuerdo al sexo están unidas a la diferencia social que existe entre el varón y la mujer.